Este verano representaba la oportunidad perfecta para Juan Carlos Osorio de convencer a todos aquellos que estaban escépticos de su proyecto. Demostrar que “la mejor selección de la historia”, (una mentira, desde mi humilde opinión), estaba lista para dar el gran paso. La Copa Confederaciones era la vitrina perfecta para los “consagrados”, los favoritos, los populares; y la Copa Oro representaba una gran oportunidad para los jugadores de nuestra Liga MX que, poco a poco, van demostrando cosas interesantes.
Por fin dejar atrás el 7-0, ganarse a todos los aficionados, tener una baraja interesante de jugadores rumbo al mundial del próximo año y por fin, caminar todos juntos, de la mano, rumbo al éxito futbolístico que tanto añoramos.
Pero no, lo que era un cuento de hadas se fue tornando en una pesadilla, la cual aún no ha llegado a su fin.
Este momento yo me pregunto: ¿por qué?, ¿cuándo se empezó a hundir el barco llamado Selección Nacional?
Todos se cuestionan: ¿Por qué se fracasó?
Lamento informarles a aquellos acelerados e impacientes que esta respuesta seguimos sin encontrarla, y la vienen buscando desde 1986. Aunque claro, hay responsables y aquí explicaré brevemente sus errores.
1.- Juan Carlos Osorio
Cortesía: El País - Calí.
Imposible negar que el colombiano no tiene culpa en este desastre futbolístico. Sus errores en la cancha fueron demasiado claros. No llevar un contención a la Copa Confederaciones y no guardar un centro delantero importante para la Copa Oro son los errores más sencillos.
En el fútbol moderno, jugar sin un contención es muy difícil, lo entendió Zidane en el Madrid y pusó a Casemiro, Joachim Löw le da esa responsabilidad a Khedira (o a Rudy en la Confederaciones) y Guardiola lo hizo al colocar a Busquets en ese equipo histórico del Barcelona. Los tres obtuvieron resultados importantes. Más allá de su estilo y métodos de trabajo, cuesta trabajo entender que Osorio, un tipo que vive el futbol de una manera muy agradable, no lo haya tomado en cuenta y se haya arriesgado con Guardado como su único contención..
Respecto al centro delantero de la Copa Oro, entiendo que dejar fuera de la Confederaciones a Oribe Peralta y Giovani Dos Santos hubiera sido un golpe mediático difícil de asimilar, pero Osorio tenía un exceso de delanteros en la selección que estaba en Rusia y que al momento de afrontar la Copa Oro hubieran sido de utilidad.
Confió en Pulido y desgraciadamente una lesión lo dejó fuera y a Osorio sin un ‘9 de confianza’. (Qué novedad, Pulido lesionado). Su sustituto fue un hombre que ni siquiera estaba en los planes del equipo, Erick Torres, quien en selección nacional no ha demostrado tener la calidad suficiente (y está no fue la excepción).
Los errores de Osorio no paran aquí, de hecho, a penas comienzan. Durante las dos competiciones, Osorio y Pompilio se dedicaron a experimentar con sus jugadores en posiciones, que si bien no desconocen, quedó claro que no dominan y que sufren cuando les tocaba participar. Salcedo por defensa en banda izquierda, misma posición que tuvo que ocupar Oswaldo Alanís tras la lesión del “Titan”. Héctor Miguel Herrera como contención, Orbelín Pineda tirado como extremo por izquierda cuando el joven mediocampista de Chivas ha demostrado que su posición es de enganche, detrás del ‘9’. A Jesús Gallardo y a Elías Hernández los cambiaba de banda constantemente, desperdiciando minutos mientras los dos extremos trataban, sin mucho éxito, de adaptarse a sus nuevas posiciones.
Jorge Valdano nos platica una fantástica anécdota que me permitirá explicar con mayor detalle porque Osorio se equivoca.
Cuenta Valdano que en su juventud, cuando estaba participando en un equipo en Argentina, uno de sus entrenadores mandó a llamar a todo el equipo para preguntarles su posición. Uno a uno, cada joven argentino iba diciendo su posición en el campo de juego, Valdano no lo dudo “centro delantero”. De repente un chamaco decidió contestar: “yo juego de todo”. La respuesta del entrenador fue contundente: “entonces no juegas a nada”.
En el futbol existe la polifuncionalidad, la cual le facilita la vida a muchos entrenadores y les permite experimentar y sorprender a los rivales, el problema es que Osorio le pide a sus jugadores que experimenten en varias posiciones sin siquiera haber dominado su posición natural. Forzar a un jugador a jugar en una zona que no conoce, nunca va a traer resultados positivos a corto plazo, MENOS cuando estás en un torneo tan corto como lo es la Copa Confederaciones.
Y a pesar de todo esto, el colombiano cometió un error aún más grande, poner a jugar a jugadores que no traen un buen ritmo y dejar en la banca a los más virtuosos del equipo. Dejar a Vela en la banca contra Alemania es tan grave como cuando Mejía Barón dejó en la banca a Hugo Sánchez contra Bulgaria en 1994. Miguel Layún, quien fue relegado hace un par de meses en el Porto, fue titular. Eso en Confederaciones, pero en la Copa Oro, cometió el mismo error, Gallardo, no metió un solo centro decente en todo el torneo y fue el “revulsivo” contra Jamaica. Giovani Dos Santos nunca encontró su nivel en la Confederaciones, partió como titular frente a Alemania. Estos son errores sorprendentes, que además, fueron defendidos a capa y espada por parte de Osorio y que realmente hace cuestionarse si existe una autocrítica por parte de Juan Carlos Osorio y todo su cuerpo técnico.
Pero continuemos con nuestros responsables.
2.- Los jugadores.
Cortesía: Marca
No muy lejos del entrenador, los jugadores tienen una gran culpabilidad en todo lo sucedido, desde el 7-0 hasta la derrota el pasado domingo frente a Jamaica “B”.
Entiendo que la temporada en Europa es larga y pesada, pero cómo es posible que jugadores como Héctor Miguel Herrera, Miguel Layún e incluso el mismo Andrés Guardado, demuestren un nivel tan irregular. En México, no sólo no sabemos quién va a ser titular, tampoco sabemos con qué actitud van a salir a jugar.
El nivel demostrado por muchos jugadores en estas dos competiciones fue muy decepcionante, y aunque algunos aseguren que este es el nivel de nuestra selección y de sus integrantes, basta con revisar partidos con sus clubs o en otras competencias para darnos cuenta que estos jugadores pueden dar más.(Y se les debe exigir más)
Salen a declarar que apoyan al técnico, su metodología y sus “rotaciones”, pero cuando están en la cancha no lo demuestran (de hecho, parece todo lo contrario).
3.- FEMEXFUT/LIGA MX
Cortesía:
La afición. - Milenio
Cuando Osorio habla que le faltan recursos por parte de la FEMEXFUT, no se refiere a que le falta dinero. Cuando Osorio menciona que le falta apoyo de los clubs, no significa que quiere que todos le digan que “sí” a su forma de trabajo. Este verano evidenció el pésimo trabajo (si es que se hace alguno) en la Federación y en el futbol mexicano en general…. (Si, otra vez.) Solo que esta vez, el entrenador lo declaró en el momento indicado y de manera fuerte y contundente. (Cómo dijo Héctor Huerta, “Osorio les dio un madrazo”).
Falta de verdaderos juegos de preparación. La Federación debe dejar de lado las “jugosas” ganancias que dejan los partidos “moleros” en Estados Unidos para ir a buscar a sinodales importantes en Europa y en Sudamérica, porque creanme, no es lo mismo enfrentar a Chile en Denver, que hacerlo en Santiago. O enfrentar a Croacia en Los Ángeles, que hacerlo en Zagreb. Probablemente van a perder, pero preferible una derrota a tiempo, que una goliza contra Nicaragua o Martinica, en Chicago, que nos nuble el juicio.
Aportar a jugadores cuando el entrenador los solicite. Este no es un problema nuevo, pero al parecer nuestros dueños y entrenadores no lo entienden aún. La verdad es que son hipócritas, después de las varias crisis que ha vivido la selección, salen a declarar que lo primordial es la selección y su éxito, y a la hora “de la verdad”, cuando deben reafirmar sus declaraciones con hechos, muchos de ellos se echan para atrás, le niegan el apoyo al entrenador, le reclaman la “mala planeación” y ponen en primer plano sus intereses inmediatos. Incluso viejos entrenadores de la selección nacional les niegan el apoyo bajo el argumento de que “como a mi no me apoyaron, ¿yo por qué los tengo que apoyar?”. (Pensamiento individualista que se nos enseñan desde muy pequeños).
Y un último problema que, con el paso de los años, va a ser cada vez más preocupante. La falta de materia prima para el entrenador nacional. No se pueden hacer dos selecciones, si contrabajos tenemos una “A”, tratar de encontrar otros 23 jugadores es cada vez más complicado, ¿por qué?, simple, basta con voltear a ver nuestra Liga y como, año con año, se va rompiendo el récord de extranjeros en nuestras canchas. Si antes era difícil debutar en el máximo circuito, hoy parece misión imposible. Podemos contar con los dedos de las manos los equipos que se dedican a brindar oportunidades a sus jóvenes, y nos sobran dedos. Cómo le exigimos a Osorio que nos dé una selección “B” competitiva si nuestros directivos cada vez contratan más extranjeros, muchos de ellos, de nivel mediano para abajo. Decían que éramos potencia en selecciones menores, pero, tiene más de 7 años que no ganamos un mundial, y aunque lo ganemos, cuántos llegan a primera división.
Se viene una crisis importante para el futbol mexicano que va más allá de la continuidad de Osorio y de Rusia 2018. La generación ganadora del 2005 esta muy cerca del retiro y de su nivel máximo, esos niños de “Oro” están cerca de los 30 años y muchos de ellos ya llegaron a su tope futbolístico y no aparecen los sustitutos. Mientras Alemania, Francia o España tienen chamacos de 21 años listos para sustituir a sus figuras históricas, en México quién va a tomar el lugar de Guillermo Ochoa, de Héctor Moreno, de Andrés Guardado o de Javier Hernández. Suena alarmista, quizás, pero mejor darnos cuenta a tiempo y no cuando tengan casi 40 años y quieran jugar un mundial más. (Verdad, Rafa Márquez).
4.- La afición.
Cortesía: Record.
Tenemos que entender un cosa. Esto es futbol, un simple entretenimiento. Hay cosas más importantes por las cuales preocuparnos y por las cuales reclamar. Mentarle la madre a Juan Carlos Osorio por un partido de futbol es absurdo. Tenemos que exigir pero hay formas, lo ocurrido en el aeropuerto el día de ayer nos muestra que estamos muy lejos de ser no solo una potencia, sino también una población civilizada. Y los mismo pasa en los estadios, me encanta la pasión con la que vivimos el futbol, pero no tenemos que llegar a límites donde las faltas de respeto sean una constante. Este tipo de cosas se deben evitar, tenemos que trabajar como población para cambiar este tipo de actitudes que hablan muy mal de nosotros como afición y como país.
Amigos, ¿estamos en un momento de crisis?, Sí, pero las cosas pueden cambiar.
Desgraciadamente, en este momento TODOS creen tener la solución a los problemas de la selección y del futbol mexicano, desde la destitución de Juan Carlos Osorio, un cambio en la cabeza en la FEMEXFUT e incluso proponer una revolución en las reglas y normas del futbol nacional. Amigos, nada de eso va a pasar y tenemos que tener claro eso. Mientras no nos demos cuenta, cada uno de nuestros errores y sigamos culpando al de a lado, esto no va a mejorar. No hay ningún salvador, mesías o “pastor” que levante el futbol mexicano por arte de mágica y que por fin nos lleve al siguiente nivel futbolístico; nada, no hay, no existe.
Si México desea llegar lejos, no solo en un mundial, si no ser, por fin, un rival importante; debe ser a través del trabajo de todos. Jugadores, entrenadores, directivos, federativos y aficionados.
O podemos seguir por este camino, podemos seguir siendo el Cruz Azul, como dijo Christian Martinoli.
Porque, aunque duela aceptarlo, este país se ha convertido en un “Cruz Azul”, llenos de ilusiones sin fundamentos firmes y claros, la añoranza de un pasado glorioso y exitoso que jamás volverá, directivos y líderes inoperantes y ambiciosos que poco entienden del deporte, una ruleta de entrenadores que, al primer error o fracaso, se echa a andar; jugadores con un gran cartel y fama, pero que en momentos importantes se hacen chiquitos, como nuestra región; ¿quieren que continúe?
Si amigos, nos burlamos, nos mofamos, hacemos memes y nos gusta señalarlos como perdedores y soñadores, sin darnos cuenta que hoy, todos somos Cruz Azul.
