Un contacto tempranero echó por tierra las ilusiones de Esteban Gutiérrez en el Gran Premio de Europa, que regresó al calendario de la Fórmula Uno después de una ausencia de tres años, haciendo su presentación en el debutante trazado de Bakú.
La octava ronda del Campeonato del Mundo no trajo buenas cuentas para el piloto mexicano, pues luego del percance con el alemán Nico Hulkenberg en la primera vuelta de 51 pactadas, debió ingresar a fosos para que los muchachos del Haas F1 Team se hicieran cargo de los daños en el ala delantera.
Esteban había largado en la posición 15, así que no podía darse el lujo de contratiempos como ése. En adelante, fuera de toda posibilidad de acercarse a la zona de puntos, no pudo más que hacer intentos vanos de recuperar el terreno perdido.
El Haas F1 Team se fue en blanco, pues el francés Romain Grosjean finalizó en el peldaño 13 luego de partir en la undécima plaza. El equipo estadounidense y sus pilotos regresan a casa para reagruparse y recargar baterías. La próxima semana, del 1 al 3 de julio, estarán en Spielberg, donde se disputará el Gran Premio de Austria, novena fecha de la temporada.
“No fue un buen día para nosotros. Tuve algunos daños en el coche al principio y después de eso sólo estuve tratando de recuperar tanto como pude. No teníamos el ritmo para atacar hacia el frente. He tenido problemas para superar y para recuperar posiciones. En general, no fue un gran día. Ahora tenemos que mantener la mira en la próxima carrera y mantenernos optimistas. No estamos donde queremos estar, pero vamos a seguir empujando y tratando de optimizar todo para conseguir el máximo rendimiento del coche en Austria", indicó Esteban Gutiérrez.